CUNA DE LA CHARRERÍA por Miguel Angel García Orgaz.
Querido Apanense y amigo que nos visitas, quisiera contarte una historia que quizá te haga querer y respetar la tierra donde ahora te encuentras.
El ganado bovino y caballar fue traído a la Nueva España por los conquistadores, proliferó de tal forma que fue requisito buscar la excelencia de los pastos en lugares inmediatos a la capital, y fue así, que se consolidan las primeras estancias ganaderas en lo que hoy es parte de los Estados de México, Tlaxcala e Hidalgo, destacando entre otras regiones las llamadas hasta la fecha región de los llanos de Apan.
Es así que por esa razón natural, los hombres de a caballo de la región desarrollaron una forma muy peculiar de dominar el ganado para su uso consecuente, de tal manera que se creó una serie de modalidades que hoy conocemos como suertes charras. A la par de esto, nace en nuestro país no sólo una hermosa actividad ligada al trabajo y la diversión, sino todo un estilo de vida, que se extendió a los límites mismos del Virreinato, pero no es sino a mediados del siglo pasado que se da crédito formal a Apan como cuna de la charrería.
Don Domingo Revilla (1844), célebre charro Hidalguense y primer escritor de Charrería, después de una serie de investigaciones, echó por tierra de una vez por todas aquella serie de versiones falsas y descabelladas acerca de la charrería, versiones que en un afán de adjudicarle la paternidad de éste arte a Jalisco, que pasan de lo fantástico a lo grotesco, pues basta citar un ejemplo, aquel que se refiere al arte de colear.
Don Nicolás Romero afirma que: Hace tiempo, en lo que hoy es el Estado de Jalisco, un robusto mocetón de 20 años, que realizaba asombrosas proezas con los toros, en cierta ocasión, montado en una magnífica yegua, atravesaba una enorme dehesa poblada de ganado vacuno, siguió un toro y después de haberlo derribado con la garrocha, enteramente solo y sin ayuda de nadie, volvió a perseguirlo y tomándolo por la cola lo derribó, y antes de que pudiera levantarse, violentamente lo ató de patas y lo castró. El animal arremetió contra él con furia, pero el muchacho esquivó los golpes con habilidad y el animal burlado se alejó paso a paso.
Sin embargo el charro Hidalguense Don Domingo Revilla, con pleno y cierto reconocimiento de los hechos y basado en la investigación, afirma que el origen de tales suertes y faenas charras son oriundas de los LLANOS DE APAN.
Y lo resume en tres argumentos, los dos primeros de irrefutable realismo y el tercero, sin dejar de ser real es de inigualable sencillez e ingenuidad folklórica, y dice lo siguiente:
Acerca de donde tuvo su origen el arte de colear, si se puede llamar arte, hablando con propiedad, no cabe duda que en esta parte de América que se llama Nueva España; pues aunque de la antigua trajeron el toro y el caballo, no se sabe que ahí se hayan dedicado a tan riesgoso ejercicio... se ignora desde cuando empezó a hacer uso de la diversión: pero se refiere que fue en los llanos de Apan.
Las razones son varias:
PRIMERA: Estando estos puntos más inmediatos a la capital, disfrutando de un buen temperamento y abundantes pastos, es claro que en ellos, los españoles colocaron los ganados vacuno y caballar que trajeron para su propagación y abasto consiguiente.
SEGUNDA: Aumentando así su número, el ganado fue alzándose y embraveciéndose, y de la necesidad de reducirlo a los diversos objetos a que esta dedicado, se uso como medio de colear a un toro como el más sencillo para contenerlo y evitar, por los tirones y porrazos que escape.
TERCERA: Siendo estas tierras donde se encuentra el mejor pulque, sus habitantes alimentándose con él, creándose muy robustos, y con este estimulo se hallaban más diestros de lanzarse tras un toro, despreciando los peligros porque es bien sabido que es uno de los efectos que produce el uso de licores fermentados.
Líneas más adelante sigue diciendo el Sr. Revilla:
... de los llanos de Apan, pasó la bolera al Mezquital que está situado en el Distrito de Tula , donde se ha ido perfeccionando aún más. Cada familia, según su rumbo, ha sabido sostener su reputación de buen coleador, lo mismo en Apan, en el Mezquital, ya mismo en Pachuca.
Es menester saber que el charro en el transcurso de nuestra historia ha tenido destacada y heroica participación, desde a guerra de independencia, hombres como: Ignacio Allende, Rayón y el mismo Cura, Morelos, por citar sólo algunos, todos ellos charros cabales; y qué decir de la intervención Francesa, donde los chinacos (charros de la época)fueron la fuerza principal, y para citar mas ejemplos, en la época revolucionaria que el general Emiliano Zapata que como dice el corrido era charro de admirar.
Por todo esto querido Apanense, debes sentir el legítimo orgullo de tu estirpe charra y alentar e incrementar esta actividad que con el paso de los años se ha convertido en Símbolo Nacional.
Información proporcionada por la "Oficina de Turismo Municipal", cuyo Directos es el Lic. Miguel Angel García Orgaz
Artículo editado por Omar González.
2 comentarios
tzirinci alelin hurtado pastrana -
MoNtSe.. -